La selección española de fútbol ha dado un paso más en su tortuoso camino para sellar su clasificación para la Eurocopa de 2008. Es un paso pequeño, pero importante. No tanto por el juego, que siguió siendo cicatero y poco fluido, sino por los puntos y, sobre todo por los dos goles de los valencianistas Fernando Morientes y David Villa.
A pesar de que tuvieron la suerte de cara desde los primeros minutos - con la expulsión de un jugador danés en el minuto 20 - los jugadores españoles no supieron aprovechar la superioridad numérica y jugaron nerviosos y agarrotados, sobre todo después de que Dinamarca marcara un gol y se metiera de nuevo en el partido.
Un triunfo por la mínima, un triunfo agónico. Eso nos brindó ayer la selección de Luis Aragonés. Un entrenador que sigue confiando en los de siempre, con pequeños retoques. Un entrenador que se olvida de jugadores importantes de la liga española que no militan en un equipo de los grandes. Son jugadores del Getafe, del Villarreal, del Osasuna, del Zaragoza. Pero parece ser que el sabio de Hortaleza prefiere morir con las botas puestas, es decir, defendiendo sus criterios contra toda lógica. De este modo, habrá que seguir sufriendo. Y cada partido será una final, como el de ayer o el del próximo miércoles contra Islandia.
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