Mucho se ha escrito sobre el pintor, escultor y periodista oscense Ramón Acín Aquilué. Y mucho queda aún por conocer de este inquieto intelectual aragonés, asesinado por motivos políticos a los pocos días del comienzo de la Guerra Civil. Ramón Acín fue una persona polifacética y un simpatizante de la Institución Libre de Enseñanza, preocupado por la educación y el progreso cultural e intelectual del país.
En un artículo periodístico, publicado en el Diario de Huesca el 21 de julio de 1935, se hace eco de la celebración en la capital altoaragonesa del II Congreso de la Técnica de la Imprenta en la Escuela. Acín, que era profesor de dibujo de la Escuela Normal de Maestros de Huesca, elogia a Larumbe, que estableció la primera imprenta aneja a la Universidad, y aplaude a Freinet, creador y animador de la imprenta escolar, a quien considera como una reencarnación el Gutenberg de cinco siglos atrás. Se alegra, además, de los progresos de la imprenta y como educador de educadores, expresa su simpatía por la impresión escolar y por la inteligencia de los niños.
Extraigo dos fragmentos de este histórico artículo, que nos pueden ayudar a reflexionar sobre la tarea educativa actual, cada vez más compleja y excesivamente sofisticada:
. "Decía Francisco Giner que nunca se había podido explicar cómo siendo los niños tan inteligentes, son los hombres tan necios".
. "...he llegado a concebir alguna esperanza de que algún día la inteligencia de los niños no tenga que perderse por caminos de necedad".
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