viernes, 23 de febrero de 2007

ZARAGOZA EN 1908



Un amigo me envía por correo electrónico un montaje en Power Point de fotografías de Zaragoza en el año 1908, con motivo de la Exposición Hispano-Francesa, en la que se celebró con gran solemnidad el primer centenario de los Sitios de Zaragoza. Siempre me he preguntado por qué hemos de celebrar las derrotas o los momentos trágicos. Pero esto es harina de otro costal.
En estas fotografías – casi postales o vistas panorámicas – se observa una Zaragoza provinciana, acogedora, familiar y emprendedora. Los viejos tranvías surcan ya las nuevas avenidas. El Paseo de Sagasta hace justicia a su nombre. Y el Paseo de la Independencia – estrenado por esas fechas – es como el salón de la ciudad. Llama la atención la escasez de vehículos y de carruajes, y el papel de protagonistas adquirido por los peatones. Es verdad que Zaragoza es una ciudad pequeña – ronda los cien mil habitantes – y se puede recorrer a pie sin ningún problema.
Si contrastamos esas nostálgicas imágenes con las de la Zaragoza actual – casi cien años después – nos sorprende la invasión del tráfico rodado, la multiplicación de comercios, bancos y todo tipo de establecimientos, con sus correspondientes reclamos luminosos y, sobre todo, el paso de una arquitectura modernista – con filigranas, adornos y festones – a una arquitectura actual plana, vertical, con aristas, en la que predomina el cemento, el aluminio o el vidrio. Mucho ha evolucionado Zaragoza en estos cien años. Pero todos nos podemos preguntar si ese crecimiento ha ido unido a una calidad de vida.

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