lunes, 26 de noviembre de 2007

UN TRISTE EMPATE


En pocas palabras se puede resumir el encuentro de ayer entre el Real Zaragoza y el Getafe. Desde el principio, se antojaba difícil derrotar al equipo madrileño, un conjunto ordenado, con buen fondo físico y con un entrenador que sabe a qué juega. Aunque el equipo local no comenzó mal, enseguida se deshinchó el globo de la euforia y el partido se convirtió en un aburrido toma y daca que no llevaba a ninguna parte. Así acabaron, por tanto, los primeros cuarenta y cinco minutos. Sin pena ni gloria.
La reanudación no fue mejor, sino todo lo contrario. El Getafe se fue creciendo y se acercó con peligro al área local. Hasta que llegó el gol debido a un despiste colectivo a los que el Zaragoza nos tiene acostumbrados. Luego llegaron las prisas, los cambios, la ansiedad...Y sólo una falta lanzada con picardía por D'Alessandro supuso un simple empate, que deja un nuevo sabor agridulce en la afición.
Como notas positivas de esta noche fría y desapacible en la Romareda, el debú del joven Valero como lateral izquierdo - que cumplió con creces - y el estreno en liga de Celades, que mantuvo el tipo hasta que fue sustituido. Por lo demás, más de lo mismo: gritos hacia el palco, hacia el entrenador y hacia los propios protagonistas de la noche. El Zaragoza sigue en tierra de nadie y, lo que es peor, mirando más hacia el final de la tabla clasificatoria que hacia los puestos nobles que apuntan a Europa. La reflexión no se hace esperar: ¿qué tiene que cambiar en este equipo? Cada vez hay menos tiempo. Y la afición se impacienta y muestra cada día más su decepción en una temporada que, si no da un giro radical, acabará con el equipo en tierra de nadie o luchando para evitar el descenso.

sábado, 17 de noviembre de 2007

UN POETA EN EL HORIZONTE


El poeta zaragozano Ángel Guinda (1948) acaba de presentar su último poemario con el título Claro interior. Es una obra contundente, profunda y contradictoria, como la vida misma. Este polifacético compositor contempla el mundo desde el horizonte privilegiado de la madurez, desde la el faro de la experiencia, desde la colina del distanciamiento comprometido. Porque la poesía de Guinda rezuma compromiso con los marginados y los más débiles. Plasmo un poema de esta antología en el que el autor funde la reflexión existencial con un aliento social inconfundible y, en ocasiones, iconoclasta.


Vendrá la muerte y no tendrá tus ojos,

esa muerte que separa. ¡He recibido tanto de la vida!

Como la piedra el deslumbramiento,

como la orilla lo desconocido.


Te reconozco, trance de esta hora.

Te he conocido desde que nací.

Tienes los ojos de la lejanía,

la almendra amarga de la soledad.

El cielo es grande porque nos contempla.

Me fatiga subir a la montaña

para aplacar mi sed de infinito

y atar las llamas del amanecer.

Me hace temblar la tralla del relámpago

apedreado por la realidad.

Sólo tú haces que yo siga vivo.


Eres la puerta que esperó mi llave:

cuando la abra, ¿qué me encontraré?

El tiempo es una sombra que todo se lo traga.

Y el espacio, la inmensa transparencia

que no me deja ver la intensidad

de este instante después de haber vivido.

Después de haber vivido, ¿cómo vivir ya má

ssi he dado incluso lo que no tenía?

Del aire vive el aire; y la luz, de la luz que lleva dentro;

agua es el agua en nube, río, mar.

Y aunque la vida siempre para la muerte vive,

y nada más que muerte hay en la muerte,

en la noche más noche brillan más las estrellas.

¿Qué miro que no veo sino al fondo del miedo y del misterio?

Todo está claro ya en mi interior.

jueves, 15 de noviembre de 2007

SOBRAN LAS PALABRAS


Hay tantos adjetivos para definir la derrota del Real Zaragoza anoche ante un modesto Pontevedra de Segunda B, que casi sobran las palabras para expresar lo que los zaragocistas sentimos en estos momentos. Quedan cortos, y son casi un tópico, vocablos como vergüenza, bochorno, frustración,... En estas ocasiones, el silencio y la reflexión acompañan a los que queremos un equipo que trabaje, que luche, que sude la camiseta, que sienta los colores. Es un silencio triste, casi escéptico, porque la situación actual conlleva la ausencia de emociones y el peligro de la indiferencia. Es una reflexión que debería partir desde arriba - el paréntesis liguero puede ayudar a ello -. Desde Agapito y Bandrés hasta el último empleado del club deberían actuar ya, sin tapujos, sin paliativos, sin paños calientes. La solución es realmente difícil y la varita mágica no la tiene nadie. Pero, después de lo de ayer, algo falla. Y no se trata de hablar de gafes o de mala suerte. Falla la garra, la entrega, el fondo físico,...falla todo.

¿Qué va a ocurrir dentro de diez días contra el Getafe? ¿Habrá protestas? ¿Habrá pañuelos? ¿Habrá decepción? ¿Habrá asientos vacíos? Me temo que lo que predominará será la indiferencia. Y eso es lo peor que puede ocurrirle a un colectivo al que se le ilusionó hace cinco meses y se le han vendido sueños fracasados y falsas promesas. ¿Hasta cuándo? Los dirigentes tienen la última palabra. Y Víctor Fernández también. Pero debe ser ya. Antes de que sea demasiado tarde.

lunes, 12 de noviembre de 2007

¿A QUÉ JUEGA VÍCTOR FERNÁNDEZ?


No tuve la oportunidad de seguir en directo por televisión el encuentro del Real Zaragoza en el Benito Villamarín. En cambio, pude seguirlo por la radio mientras conducía. De entrada, me sorprendió la presencia de D'Alessandro y de Diogo en el once inicial, así como la de Luccin. ¿Hasta cuándo seguirá confiando Víctor en estos jugadores? Luego vino lo demás: un equipo que no sabía a qué jugaba - habrá que volver a darle la razón al sancionado Juanfran - y un equipo con sus líneas muy separadas y con un desorden táctico evidente. A pesar del gol de falta del "Cabezón", lo demás fue un monólogo del Betis, un equipo casi desahuciado que, al igual que el Valladolid la pasada semana, se agarró al benéfico equipo aragonés, que sigue siendo un equipo aspirina.

Después del triste desenlace, habrá que preguntarse quién tiene la culpa de todo, y cargar menos las tintas en un excelente Chus Herrero y en un voluntarioso Goni. Habrá que preguntarse si la victoria y la mejora de juego contra el Villarreal fue un mero espejismo. Habrá que preguntarse si este equipo vale para Europa o se contentará con eludir cuanto antes los puestos que llevan a segunda división. Es hora de actuar ya, y no esperar al partido de copa del miércoles en Pontevedra o al partido contra el Getafe dentro de dos semanas. La cantera espera. Y promete. Y las figuras, para el belén de Navidad.

domingo, 4 de noviembre de 2007

UN PARTIDO SIN HISTORIA




Cuando los argumentos futbolísticos son más bien escasos, cuando un equipo aguerrido y bien ordenado te planta cara y te marca tres goles en cinco minutos, cuando se peca de soberbia y de individualismo, cuando se pone en el once inicial a jugadores que no están al cien por cien, cuando se utiliza a un jugador comodín para cubrir un puesto que no es el suyo, la atención del espectador se desvía a la grada donde se puede vivir una historia paralela casi más interesante que la que se desarrolla en el rectángulo verde.


Esto es lo que ha ocurrido esta tarde en La Romareda. Después de un tropiezo inesperado, llega la decepción, las caras largas y el "ojalá me hubiera quedado en casa o en el pueblo". Pero así es el fútbol, aunque cada espectador vea un partido diametralmente distinto. En el gol sur se vivía la intrahistoria del fútbol, al margen del 2-3 definitivo, que deberían haber sido tablas. Unos planteaban en una llamativa parcarta que no querían un fútbol moderno. Habría que preguntarles qué entienden por fútbol moderno, si el balompié eficaz del Valladolid o el fútbol preciosista e inútil de los argentinos o brasileños. La respuesta creo que está clara, al menos después del partido de hoy. Otra pancarta, más realista y sincera, es la que pedía una pronta recuperación del "gran capitán" de Pradilla Luis Carlos Cuartero. Nos ha llegado a todos con nitidez, más adentro que las dudas y especulaciones sobre sistemas de juego. Y la última instantánea para el recuerdo es ver a tres canteranos calentando durante más de media hora. Han vivido la ilusión desde la otra orilla de la cal. Algún día les llegará su hora. Hoy tal vez no era el momento de su debú. Eso es lo que piensa el técnico. Algunos pensamos tal vez lo contrario.

jueves, 1 de noviembre de 2007

EL VALOR DE UNA VICTORIA


En ocasiones el fútbol se convierte en algo paradójico, contradictorio y aparentemente ilógico. Así se podría calificar el encuentro de anoche entre el Almería y el Real Zaragoza. Lo que podría ser una victoria clara del equipo andaluz en la primera parte, se transformó en una victoria del Zaragoza basada de nuevo en el trabajo de equipo y en la eficacia de los contrataques.

A pesar de la temprana lesión de Sergio Fernández - al que Víctor alineó equivocadamente y por pura cabezonería - el dibujo táctico casi no cambió. Chus Herrero tomó el mando de la zaga, acompañado de una futura promesa, el joven debutante Goni, y desde atrás se comenzó a trabar una red que los desafortunados delanteros del Almería no fueron capaces de traspasar. Eso sí, la labor del portero zaragocista en unas ocasiones y la suerte en otras jugaron también a favor del equipo visitante.

Tres puntos de oro. Primera victoria a domicilio después de nueve meses y un impulso más a la alicaída moral de un equipo que buscaba y merecía este espaldarazo. La pequeña revolución de Víctor Fernández sigue dando sus frutos. Óscar siguió con su mejor versión y los delanteros zaragocistas se acercaron con peligro a la meta defendida por un desafortunado Cobeño, aunque les faltó el acierto. Lo mejor de la noche, el debú de Goni - a ver si toman nota los técnicos - y la presencia en el banquillo de tres canteranos más. Eso, por desgracia, no se ve todos los días.