lunes, 26 de febrero de 2007

TRISTE EMPATE


No me gustó el partido de ayer entre el Real Zaragoza y el Levante Unión deportiva. Fue un partido de transición. Como si los jugadores y el propio entrenador estuvieran con la mente puesta en el partido de copa contra el Barcelona, el miércoles por la noche. El equipo local empezó avasallando al Zaragoza y sólo los postes y los reflejos de César Sánchez evitaron un par de goles. Todo habría cambiado.

Tuvieron que transcurrir treinta y cinco minutos para que el Zaragoza lanzara a puerta tímidamente por primera vez. Fue un tímido aviso de lo que vendría después, ya en la segunda parte: buen trato con el balón, desmarques oportunos, pases al hueco y ocasiones claras, clarísimas. Pero ni Sergio García ni Ewerton tienen la brújula bien orientada. Y el buen portero del Levante, Molina, veía cómo todos los remates acababan fuera de los tres palos. No sé si será la obsesión por marcar o la impaciencia por hacerlo bien. De todos modos, ya es el quinto partido sin marcar y una ocasión más perdida. Como ocurrió en Mallorca, o en Balaídos, o en Villarreal.

El Real Zaragoza sigue sexto en la tabla. Pero si no gana, al menos, dos o tres partidos consecutivos, acabará en tierra de nadie. Y entonces se recordarán los puntos perdidos y las ocasiones fallidas. Porque los rivales también empataron. Pero algún día ganarán. Y hemos de rendir visita a Sevilla, Getafe y Huelva. Más vale no pensarlo y soñar con la eliminatoria del miércoles. ¿Volverá a armarla Samuel Eto'o?

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