domingo, 2 de septiembre de 2007

¿A QUÉ JUEGA EL REAL ZARAGOZA?








Los aficionados del Zaragoza acudíamos anoche al estadio de la Romareda con una cierta ilusión acompañada de incertidumbre. La derrota de la semana pasada en la Condomina y, sobre todo, la imagen lamentable del equipo dejaron en los seguidores zaragocistas una sombra de duda. Esa sombra no se disipó anoche, ni mucho menos. Es verdad que el equipo mejoró levemente su actitud respecto a la semana anterior. Es verdad que el portero del Rácing estuvo muy afortunado y tuvo tres intervenciones magistrales. Pero todo esto no sirve de excusa para constatar que el equipo de ayer parecía de futbolín o de soldaditos de plomo.

Anoche volví a ver a un equipo con poco ritmo y con poca coordinación. Parecía un equipo deslavazado, poco situado en el campo y con falta de fondo físico. Creo que, una vez más, Víctor no acertó en el planteamiento y no alineó a los que en mejor forma están. Y un equipo se hace más de hombres que de nombres. El entrenador, al parecer, no lo entiende así. Y se jugó durante muchos minutos horizontalmente, sin verticalidad, sin morder al contrario. La defensa continúa insegura, la media muy frágil y nerviosa y la delantera apareció a ráfagas con un Aimar y un Diego Milito muy lejos de su mejor forma. Lo demás, es fácil de deducir: el pequeño Munitis llevó locos a los defensas zaragocistas y no hicieron más daño porque les falta un estilete en punta. Noche para olvidar y ahora el entrenador y los jugadores disponen de dos semanas para reflexionar y para mejorar su forma. A ver si el día 7, en el amistoso contra la Juventus, vemos a otro Zaragoza. Ya es hora de despertar y dejar los sueño europeos para más adelante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo la verdad ayer termine muy preocupado con el equipo. Les falta chispa y actitud en algunos jugadores, pero sobre todo yo que me encanta Victor Fernandez, he de decir que el equipo no está a la altura que tendría que estar para jugar en la liga, es decir, que la pretemporada no ha estado ni bien planificada, ni bien realizada por parte del entrenador. Esperemos que estos 15 días valgan para espabilar. Una derrota en Bilbao empezaría a saltar alarmas en la tercera jornada.