Ayer tuve la oportunidad de conocer a un poeta extremeño inquieto, profundo, con un toque de surrealismo en sus poemas y con una crítica radical no exenta de ironía. El poeta, crítico y periodista Javier Rodríguez Marcos - Nuñomoral (Cáceres), 1970 - leyó algunos de sus poemas en la última jornada de la I Semana de Poesía Última. Javier mira la vida de otro modo, juzga a las personas de otra manera, desnuda su propio yo con un descaro entre tierno y cruel. Su poema Autorretrato, del libro "Mientras arden" es un buen botón de muestra de esta poesía audaz, vital y telúrica. Estoy hecho de golpes, de agujeros, de ceniza caliente que llena mis arterias y me pinta una estrella en el cielo de la boca. Soy el dueño de heridas extranjeras que sangran todavía bajo las cicatrices, y lo terrible del dolor ajeno es saberse la causa. Fui la llaga, el cuchillo. ¿Por qué esta vida nuestra viene siempre de la mano de la muerte de alguien? (Ya sé que cada paso traiciona un pensamiento, que la única inocencia es no pensar, pero la vana lógicano sirve de consuelo). Estoy hecho de huecos, de túneles, de barro de palabras que significan poco. Soy la sombra de lo que pensó alguien hace ya muchos años. No soy lo que soñaron (el sueño de aquel sueño, un fuego que se apaga) Soy una piel reseca y poco más, este golpe de huesos mal sumados. Lo demás, viento y vanidad, miseria. |
viernes, 20 de abril de 2007
POESÍA ÚLTIMA (I)
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