Desde que soy aficionado al deporte rey - y de eso hace ya bastantes años - siempre he pensado que el balompié es un juego colectivo, en el que predomina la labor de equipo y en el que lo de menos es buscar el lucimiento personal, a costa del resto de componentes del once inicial. Pero, al parecer, algunos medios de comunicación se han empeñado en que no sea así. Por eso, en lugar de ensalzar el juego trenzado, el pase en profundidad, la generosidad en la última asistencia, les ha dado por ensalzar hasta el infinito al jugador que se recorre veinte o treinta metros sorteando contrarios a diestra y siniestra, sin importarle nada sus compañeros de equipo, y con la única obsesión de perforar la meta contraria.
No tengo nada contra Messi, ni tenía nada contra Maradona, pero me parece exagerado el tratamiento mediático que se ha dado al último gol de la joven promesa argentina. ¿Es una obra de arte? ¿Es una genialidad? ¿Es una búsqueda de lucimiento personal? ¿Es un olvido olímpico de los compañeros? ¿Es una proeza? Puede haber respuestas para todos los gustos, pero es una lástima que los niños y jóvenes que practican habitualmente este deporte acentúen aún más su individualismo, emulando al "Messi" de turno. Todos sabemos el apelativo habitual que reciben estos jugadores: unos hablan de "jugones", pero, sin eufemismos, son unos "chupones".
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