viernes, 12 de febrero de 2021

CORPUS CHRISTI

    Quedan muy pocas salas de cine abiertas en Zaragoza en estos largos y tediosos meses de confinamiento. La cultura se está abriendo un hueco, a pesar de las restricciones, los miedos inducidos y las extrañas precauciones. Como si acudir a una sala casi vacía supusiera un riesgo para la salud. ¡Paradojas de la vida!


    Y a la escasez de salas abiertas se une la ausencia de grandes estrenos, de producciones de calidad. Menos mal que alguna rompe esa norma y sale de la mediocridad de la cartelera. Es la película polaca Corpus Christi, que pude ver el pasado miércoles en los cines Aragonia. Una gran producción polaca que nos acerca a la cura vida de un reformatorio, con la violencia a flor de piel; a una aldea que sobrevive de milagro cerca de un aserradero y sobre todo, a la gran mentira, al gran fingimiento de uno de los internos que, cuando obtiene la libertad condicional, es destinado al aserradero. Pero, llevado de un extraño fervor místico y con la ayuda de un alzacuellos, logra pasar por sacerdote de la aldea, ganándose la simpatía y admiración de casi todos los habitantes de ese pueblo, azotado unos meses antes por un trágico accidente de automóvil en el que murieron siete personas.

    El director, Jan Komasa, logra que el drama gane enteros minuto a minuto, gracias sobre todo a la excelente interpretación del joven protagonista, por el gran actor Bartosz Bielenia.  Llama la atención esa fotografía desvaída y grisácea, esas caras de angustia y terror, y ese final abierto que deja al espectador lleno de interrogantes e incertidumbre. Una gran película, que triunfó en los festivales de Venecia y Canadá y que estuvo nominada a los Óscar en 2019 como mejor película extranjera. En España se estrenó en junio de 2020 y lleva varios meses en la cartelera. Por algo será.    

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