viernes, 11 de mayo de 2007

A LA UEFA, Y GRACIAS


Tarde de fútbol en La Romareda. Tarde casi tediosa en cuanto al espectáculo se refiere. Tarde de contrastes: colorido en las gradas, color verde de la afición cántabra; color azul y blanco de la aragonesa. En la memoria, un recuerdo amargo, seis años de la trágica desaparición del político aragonés Manuel Giménez Abad, cuando se dirigía con su hijo a ver el partido Zaragoza-Numancia en el ya lejano 2001.

Tarde de fútbol en la Romareda. Animación en las gradas, esperanza en las gradas, el sueño de la Champions en las gradas; aburrimiento en el césped, falta de imaginación en el césped, más de lo mismo en el césped. Dicen los más entendidos que al Zaragoza ya se le está acabando la gasolina. Otros no comparten esta idea. Que se lo pregunten al Sevilla, o al Español o al Almería - con los dos pies en primera división - ¡Vaya golazo de Soriano! ¡Qué envidia! ¿Por qué se le descartó? Algún día se sabrá la verdad...

Tarde de fútbol en La Romareda. Empate a cero. Empate a nada. Empate a despropósitos. ¿Dónde estaba Diego Milito? ¿Y Diogo? ¿Y Aimar? ¿Y DÁlessandro? Mientras tanto, otros esperaban su oportunidad. Se la dieron a Lafita. Y Ángel la aprovechó con creces. Mientras tanto, Longás calentaba en la banda con toda la ilusión del mundo. ¿Llegará por fin su oportunidad?

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