La consigna para el partido de esta tarde entre el Zaragoza y el Osasuna era ganar o ganar. Y el objetivo principal se ha cumplido. Tres puntos fundamentales que aúpan al equipo aragonés a la zona templada de la clasificación. A pesar de todo, los que nos hemos desplazado a la Romareda hemos contemplado un partido mediocre entre un equipo que jugaba con parsimonia y demasiada lentitud y otro que se contentaba con el empate y se ha empleado a fondo durante todo el partido. El tanto del desempate ha llegado de penalty y el del primer gol ha partido de una genialidad de Matuzalen. El resto del encuentro no pasará a la historia. Mucho toque, mucho juego horizontal, inseguridad defensiva, pólvora mojada en el ataque y el cambio de sistema de Víctor Fernández poco después de comenzar el segundo tiempo. Se ha dado cuenta de que el rombo no funcionaba y que Zapater y Sergio García deberían ser titulares. Ahora, a acudir al Nou Camp con los deberes hechos y a esperar al Sevilla. Sin rombo, por favor.
La tarde futbolística nos ha traído buenas noticias desde Huesca y desde Teruel. Ambos equipos están destacando en sus respectivas categorías. ¡Qué bueno sería que ascendieran a segunda y a segunda B. Las capitales de Aragón merecen una representación más cualitativa en el fútbol nacional. Esperemos que así sea al final de temporada. Eso sí, que el filial del Zaragoza regrese también a segunda B, que es donde debería estar de momento.
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