lunes, 20 de agosto de 2007

EL BESO DE LA NOCHE


A veces, en silencio,

no puedo soportar la dulce herida

que me produce

el negro abismo de la noche.

Es como un frágil sueño,

como una duermevela aderezada

de un poso de nostalgia.

Es como un dulce beso,

como aquella caricia de peluche

que llenaba los años de mi infancia

de un sabor a ternura

en las noches eternas de verano,

en aquel valle ya casi olvidado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué bonita poesía, j. ignacio!
porque es tuya, verdad...
cuando se lee transmite dulzura, sosiego, esa quietud que nos inunda en las noches de verano, o de otras noches que están en nuestro recuerdo....es pura sensibilidad.