La comarca turolense del Maestrazgo reserva a sus visitantes tesoros escondidos, joyas de la naturaleza, parajes todavía por descubrir. El Gobierno de Aragón, a través de su Departamento de Medio Ambiente, se ha dado cuenta de la riqueza paisajística de la zona cercana a Aliaga, Ejulve, Villarluengo y Pitarque, y ha puesto manos a la obra para reconocer este enclave natural y reconocer su interés patrimonial. En este caso, los protagonistas han sido los famosos órganos de Montoro. Sin embargo, esta zona tiene otros encantos que están todavía a merced del progreso y la especulación. Se trata, sobre, todo de las hoces del Guadalope. Desde el embalse de Aliaga hasta más allá de Montoro, el Guadalope surca una zona semisalvaje y de difícil acceso. Es un espacio natural de alto valor ecológico. ¿Recibirá protección y reconocimiento de las autoridades y de los propios ayuntamientos? Eso esperamos: que se pongan de acuerdo cuanto antes y se busque el equilibrio entre los intereses sociales y ecológicos. Un equilibrio difícil. Pero no hay reto imposible si se trabaja con coordinación y sensatez.
Precisamente este último fin de semana, se celebró en esta comarca Geolodía 07, un encuentro anual de especialistas en geología. Estas personas reclaman una figura de protección para una zona de alto valor geológico. En Aliaga y sus alrededores hay plegamientos verticales y formaciones geológicas únicos en Europa. El Parque Geológico de Aliaga se está potenciando paulatinamente. Aún falta mucho por hacer. Pero estas llamadas de atención pueden ser positivas siempre que las aspiraciones y deseos no queden en saco roto. El tiempo lo dirá. Aunque convendría no dilatar las decisiones indefinidamente.
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