El equipo de segunda alevín de la Unión Deportiva San José está haciendo historia en su categoría partido tras partido. Va camino del récord, si es que a estas alturas de la temporada no lo ha conseguido todavía. Su victoria por dos goles a cero en el nuevo campo del Hernán Cortés – dedicado a García Traid, gran entrenador tristemente desaparecido – lo convierte en uno de los menos goleados de su categoría y, con este encuentro, suma ya diez partidos sin encajar un solo gol. Teniendo en cuenta, además, que ha conseguido treinta y dos dianas en estos diez enfrentamientos.
El mérito de este grupo de chavales y de sus tres entrenadores es la regularidad, el planteamiento táctico y los apoyos entre líneas. En este equipo todos tienen asignado su papel. Javier lo intenta cumplir a la perfección. Poco a poco va asumiendo su responsabilidad en el puesto de media punta junto con Ángel. Entre los dos están formando una media muy eficaz, comparable a la pareja zaragocista Zapater-Celades o Zapater-Movilla. Cortan balones, distribuyen con eficacia y tienden una tela de araña muy difícil de traspasar para el equipo rival. Y es que la línea medular es esencial en todos los equipos. No hay que quitar mérito a la defensa, que a pesar de la ausencia del líbero Adrián, ha cumplido con creces, y a la delantera, que ha vuelto a ver puerta. Aunque el primero que ha perforado la portería contraria ha sido Javier – su sexto gol en lo que va de liga – en una jugada de picardía y de saber estar, después de un balón que el portero del Hernán Cortés no ha sabido blocar.
Una buena mañana de fútbol, a la sombra del pirulí de Zaragoza – estéticamente lamentable – y muy cerca del edificio del antiguo Seminario, todavía en restauración. Otra obra poco planificada y peor ejecutada. ¿Problema del Ayuntamiento? El tiempo le dará o le quitará la razón. De momento es un esqueleto vacío en un barrio en expansión. Eso sí, para bolsillos afortunados y nóminas abultadas.
El mérito de este grupo de chavales y de sus tres entrenadores es la regularidad, el planteamiento táctico y los apoyos entre líneas. En este equipo todos tienen asignado su papel. Javier lo intenta cumplir a la perfección. Poco a poco va asumiendo su responsabilidad en el puesto de media punta junto con Ángel. Entre los dos están formando una media muy eficaz, comparable a la pareja zaragocista Zapater-Celades o Zapater-Movilla. Cortan balones, distribuyen con eficacia y tienden una tela de araña muy difícil de traspasar para el equipo rival. Y es que la línea medular es esencial en todos los equipos. No hay que quitar mérito a la defensa, que a pesar de la ausencia del líbero Adrián, ha cumplido con creces, y a la delantera, que ha vuelto a ver puerta. Aunque el primero que ha perforado la portería contraria ha sido Javier – su sexto gol en lo que va de liga – en una jugada de picardía y de saber estar, después de un balón que el portero del Hernán Cortés no ha sabido blocar.
Una buena mañana de fútbol, a la sombra del pirulí de Zaragoza – estéticamente lamentable – y muy cerca del edificio del antiguo Seminario, todavía en restauración. Otra obra poco planificada y peor ejecutada. ¿Problema del Ayuntamiento? El tiempo le dará o le quitará la razón. De momento es un esqueleto vacío en un barrio en expansión. Eso sí, para bolsillos afortunados y nóminas abultadas.
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