No le quiero quitar méritos al equipo de Capello. No quiero menospreciar el juego del Real Madrid, que anoche en la Romareda se puso el mono de trabajo y consiguió un punto que puede valer una liga. Es algo que hace un par de meses ni los madrilistas más acérrimos habrían soñado. Ocurre, sin embargo, que al Real Madrid se le ha puesto todo de cara y va a recibir - a falta de un partido teóricamente fácil en el Bernabeu - una liga de regalo.
En mi modesta opinión, han sido los errores de otros equipos - especialmente del Fútbol Club Barcelona - los que han propiciado que el Real Madrid tenga la liga al alcance de la mano. Una liga en la que cuentan muchos factores: la suerte, la ambición, la estrategia y la constancia. Y el Real Madrid ha contado con todos estos ingredientes.
Gane quien gane la liga el próximo domingo, está claro que ha sido una liga loca, irregular, casi paradójica. Una liga en la que los jugadores españoles - con la excepción de clubes como el Valencia o el Espanyol - han tenido muy poco protagonismo. Una liga de foráneos, de fichajes a golpe de talonario y de cracks mediáticos. La selección también ha pagado las consecuencias de esta ausencia de jugadores de la cantera. Y las promesas jóvenes tienen que emigrar, jugar en equipos de segunda o abandonar el fútbol. Veremos lo que ocurre el domingo y la próxima temporada. De momento, la emoción va a seguir hasta el final.
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