Hay jornadas que piden consenso, colaboración, apoyo e impulso ilusionado. Hay días que reclaman prudencia, cautela, silencio y don de la oportunidad. Hay efemérides - como la del treinta aniversario de las primeras elecciones democráticas - que conllevan un impulso de futuro, sin lastres, sin aguafiestas, sin amenazas, sin amagos de crispación.
Sin embargo, siempre hay algún personaje relevante de la vida política española que aprovecha estas ocasiones para echar más leña al fuego de la discordia, para alterar los ánimos, para ejercer de agorero, para erigirse en futuro salvavidas de la nación.
Y es una pena que esta persona sea el líder político de la oposición. ¿Qué pretende? ¿Quién le asesora? ¿Quién está en la retaguardia? Son ya tres años de zancadillas, de piedras en el camino, de palos en las ruedas. ¿Cuándo se cansará? ¿Cuándo volverán las aguas al cauce de la sensatez y del diálogo?
Lo lamentable es además de arrojar piedras contra su propio tejado, sigue emponzoñando la vida de toda una sociedad, de todo un pueblo, al margen de ideologías y de banderas.
Sin embargo, siempre hay algún personaje relevante de la vida política española que aprovecha estas ocasiones para echar más leña al fuego de la discordia, para alterar los ánimos, para ejercer de agorero, para erigirse en futuro salvavidas de la nación.
Y es una pena que esta persona sea el líder político de la oposición. ¿Qué pretende? ¿Quién le asesora? ¿Quién está en la retaguardia? Son ya tres años de zancadillas, de piedras en el camino, de palos en las ruedas. ¿Cuándo se cansará? ¿Cuándo volverán las aguas al cauce de la sensatez y del diálogo?
Lo lamentable es además de arrojar piedras contra su propio tejado, sigue emponzoñando la vida de toda una sociedad, de todo un pueblo, al margen de ideologías y de banderas.
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