Durante más de una hora, el espectador se acomoda a los recuerdos de mosén Millán, un cura de aldea que está esperando en la sacristía la celebración de una misa de réquiem en el aniversario de la muerte por fusilamiento de Paco, el del molino, uno de sus más cercanos feligreses. Mientras espera impaciente, acompañado del monaguillo, evoca toda la vida de Paco y siente remordimientos por haber facilitado su detención cuando estaba escondido en las Pardinas.
No es fácil llevar una novela a las tablas. Y hay que reconocer que el grupo zaragozano lo ha logrado con creces. Excelente interpretación del cura de aldea y del protagonista, y una muy lograda ambientación espacial y temporal de esa España dividida de los años 30 del siglo pasado y ahogada por las rencillas, las venganzas y el odio acumulado durante años. En mi opinión, se me quedó un poco corta y me habría gustado ver sobre el escenario a más personajes reales, representados por distintos actores. De todos modos, vale la pena verla y disfrutar de una hora larga de teatro del bueno.