domingo, 28 de octubre de 2007

EL MEJOR PARTIDO DE LA TEMPORADA


Los aficionados que nos hemos acercado esta tarde a La Romareda hemos disfrutado, por fin, de un buen partido, de un partido completo. Antes de comenzar el encuentro, había un cierto temor y una cierta expectativa por ver al nuevo Real Zaragoza, con jugadores habituales del banquillo como titulares y con algunos jugadores conflictivos o en baja forma, en el banquillo. Llegaba un Villarreal crecido, que juega de memoria y practica uno de los mejores juegos colectivos de la liga y todos nos temíamos un nuevo traspiés. Pero, afortunadamente, no ha sido así. Los jugadores locales han empezado a tocar el balón sin florituras, sin individualismos y hemos podido contemplar un juego de equipo como no se había visto desde agosto.
No ha sido un partido brillante, pero sí un encuentro que deja buenas sensaciones. Óscar y Sergio García han demostrado con su juego y sus goles que merecen un puesto en el once. Zapater ha estado inconmensurable, sobre todo en la primera parte. Y Ayala ya vuelve partido tras partido al defensa argentino que triunfó en el Valencia. El Zaragoza ha marcado cuatro goles al Villarreal y ha brindado a la afición una tarde de fiesta. Lástima que la dicha no ha sido completa, ya que poco después del inicio de la segunda parte se ha lesionado Cuartero, el veterano capitán que acababa de reaparecer en el lateral izquierdo. Esperemos no sea tan grave como apuntan los primeros pronósticos.
Como anécdotas del partido, hay que reseñar que nos han visitado dos ilustres del arbitraje español: el famoso linier Rafa Guerrero - ¿recuerdan su protagonismo hace unos años en aquel encuentro contra el Barcelona?- y el polémico colegiado Iturralde González, con ansias de protagonismo y con las tarjetas por bandera: Pavón y Ayala han sido dos de los perjudicados. Por lo demás, que siga la fiesta. ¡Ah! Se me olvidaba un detalle: ¿por qué saca Víctor a D'Alessandro al terreno de juego cuando el partido ya estaba decidido? Él sabrá por qué, pero muy pocos lo hemos entendido.

miércoles, 24 de octubre de 2007

¡VIVA LA INDISCIPLINA!


Se veía venir. La actitud del jugador argentino del Real Zaragoza D'Alessandro en el entrenamiento de ayer, enfrentándose airada e insolentemente al entrenador, Víctor Fernández, ha sido la gota que ha colmado el vaso de una trayectoria que va de mal en peor. La sanción ha tardado en llegar. Y creo que ha sido demasiado blanda. Jugadores así no merecen vestir ni un minuto más la camiseta del Real Zaragoza. ¿Por qué se le renovó? ¿Es que no conocían su carácter y los problemas que tuvo en otros equipos?
Lo peor de todo es que, al final, el que pagará los platos rotos será el entrenador. Si no hay disciplina en un equipo, todo lo demás es intrascendente. Si no se actúa con prontitud y eficacia, puede ocurrir un efecto dominó. Porque la indisciplina se contagia y el respeto es cada vez un don más preciado. No sé lo que ocurrirá el domingo en el partido contra el Villarreal. Algunos quizás apoyen y aplaudan al "héroe" argentino. Se les cae la baba porque realiza algún recorte ingenioso. Porque da la impresión de que a veces sólo juega "el cabezón" y diez más. Mal pintan las cosas en el club de nuestros amores. Y si los acontecimientos no dan un giro radical, tenemos polémica para rato.

lunes, 22 de octubre de 2007

NUEVO RIDÍCULO EN EL CALDERÓN


Ayer me acerqué al bar de la esquina, poco antes de las nueve de la noche, para presenciar el encuentro entre el Atlético de Madrid y el Real Zaragoza. Poco duraron mis escasas expectativas en un equipo cuya alineación inicial mostraba el conformismo del entrenador, la cabezonería del entrenador y la falta de decisión del entrenador. No aguanté más allá de la primera parte. Se veía venir el desastre, igual que hace un mes contra el Barcelona. El equipo está herido, sin rumbo, sin ideas, sin ritmo, sin coordinación, con una defensa de porcelana, con una media poco creativa y con una delantera sin eficacia. Esa es la triste realidad.
¿Qué hará Víctor Fernández a partir de mañana? ¿Seguirá haciendo oídos sordos a las críticas casi unánimes de los aficionados? ¿Se decidirá a alinear, por fin, a los que están en mejor forma y muestran más ilusión? ¿Hará, por fin, la revolución que casi todos esperamos? Él sabe que comienza a estar en la cuerda floja, y que el Villarreal no es ni mucho menos una perita en dulce Un Villarreal que es la antítesis de nuestro Real Zaragoza: el sábado pasó por encima del Barcelona con un juego de equipo - sin individualidades - con un fútbol trenzado, moderno, vertical. Y con un Cani que me recordó al de sus mejores tiempos. Eso es fútbol y no lo que practica el primer equipo de Aragón. Habrá que recordarle al entrenador que la plantilla son 25 jugadores y que tiene futbolistas en la cantera que lo harían mejor que los "nombres" - los Diogo, Aymar, Oliveira,...-. El viernes volveremos a animar al equipo, pero todos esperamos un gesto del entrenador. de lo contrario, las palmas se volverán pitidos y las banderas y bufandas se tornarán pañuelos blancos.

viernes, 19 de octubre de 2007

MAR DE FONDO EN EL REAL ZARAGOZA


Uno pensaba que dos semanas sin competición liguera, que tres días largos de descanso, que un paréntesis en teoría oportuno, iban a suponer para los jugadores del Real Zaragoza un bálsamo para aliviar las heridas de la eliminación europea o unas jornadas de reflexión para cargar las pilas, reforzar la moral o, al menos, serenarse en todos los sentidos. Sin embargo, parece que no ha sido así. En este sentido, han seguido una tónica similar a la de la selección nacional: críticas, desencuentros, desplantes y reacciones de los eternos disidentes.

En el primer equipo de fútbol de Aragón, a falta de buenas noticias deportivas, hemos conocido una nueva lesión, la del pundonoroso, paciente y resignado canterano Chus Herrero, alguna declaración subida de tono y - ¡cómo no! - algún que otro rifirrafe en la Ciudad Deportiva. Los protagonistas no han sido los defensas, que estarán entrenando a tope para mejorar en las famosas jugadas de estrategia. Ni siquiera el veterano capitán Cuartero ha criticado su injustificada vuelta a la suplencia en el último partido. Ha hablado muy claro y sin pelos en la lengua el delantero Sergio García. Y la verdad es que tiene toda la razón del mundo. ¿Qué tendrá que hacer todavía para ganarse un puesto en el once titular? No lo tiene fácil para el domingo. Los galones visten mucho y las vacas sagradas son casi intocables.

Otro asunto más desagradable es el violento enfrentamiento verbal entre Aymar y D'Alessandro, dos gallitos del vestuario zaragocista. ¿Será a causa del nerviosismo o de las dudas que su juego está despertanto ante la afición? El caso es que, si no es por alguno de sus compañeros, la bronca habría llegado a las manos. ¿Qué hará Víctor Fernández ante estos hechos? El tiempo lo dirá. Lo que está claro es que hay mar de fondo en el equipo. A ver si el reinicio de la competición liguera y de la Copa del Rey calman los ánimos. Y a ver si el domingo hablan con su actitud y su juego en el Vicente Calderón.

lunes, 8 de octubre de 2007

VICTOR TIENE BANQUILLO


Al parecer, Víctor Fernández se va dando cuenta poco a poco de la evidencia. De que debe alinear a los que estén en mejor forma, de que debe quitar a todos los jugadores la etiqueta de indispensables en el once inicial, de que debe ser valiente de una vez por todas y darse cuenta de la realidad que le van marcando los entrenamientos, los partidos y los resultados.

Ayer lo fue a medias. Tuvo la valentía de alinear a un tal García - apellido muy español - en lugar de un tal Oliveira, que venía con marchamo de crack. Tuvo la audacia de sentar en el banquillo nada más empezar la segunda parte a un desafortunado Diego Milito, a un errático Aimar y a un irregular, aunque voluntarioso, D'Alessandro. Y le salió bien la jugada. El equipo comenzó a funcionar como tal. Zapater se convirtió en dueño y señor de su parcela. Óscar volvió a dar un pase de gol de lujo y Gaby se adueñó de una banda derecha que no acababa de funcionar.

Es verdad que el rival parecía un equipo muerto. Es verdad que el partido no fue demasiado brillante. Pero, sin los tres argentinos, los aficionados vimos otro perfil, otro bloque, otra cara más amable. Sólo dos peros a esta progresiva rectificación de Víctor Fernández: ¿Por qué no alineó a Cuartero, el eterno suplente, si cumplió con creces en los dos últimos partidos? ¿Por qué mantiene a Luccin como titular indiscutible contra viento y marea? Ahora quedan dos semanas de reflexión. El entrenador tendrá tiempo para meditar los cambios y las estrategias. De momento está rectificando. Aunque también debería acordarse de Paredes, de Celades o de Chus Herrero. En caso contrario, ¿para qué los quiere en la plantilla?







viernes, 5 de octubre de 2007

OTRO FRACASO DEPORTIVO




Bochorno, vergüenza, silencio fúnebre en la Romareda al filo de las once de la noche. El Real Zaragoza acababa de tirar por tierra en ciento ochenta minutos lamentables toda la ilusión que se había generado desde la temporada anterior. Adiós a la era Agapito. Adiós a la era Bandrés. Adiós al proyecto deportivo de Víctor Fernández, que ni siquiera anoche supo utilizar la sana autocrítica para reconocer sus propios y repetidos errores.


La eliminación de la copa de la UEFA a las primeras de cambio ante un equipo de segunda o tercera fila en Europa ha sido un golpe demasiado serio para esta afición ilusionada con su equipo. Una ilusión que se fue desvaneciendo a medida que pasaban los minutos. Los aficionados se iban dado cuenta del juego ramplón de su equipo, de que en el once había más nombres que hombres, de que llevaban un ritmo cansino, de que su forma física es deficientes, de que la disposición táctica volvió a ser equivocada. Porque el Zaragoza sigue siendo un equipo muy previsible, que no juega por las bandas, que no sabe a qué juega. Su conexión entre líneas es casi nula, su defensa de cartón piedra y sus "figuras" - la mayoría ya en declive - de mazapán. Y así no se va a ninguna parte.


Anoche en la Romareda nadie se esperaba este fracaso tan prematuro, pero había un temor oculto por lo que finalmente podía pasar. Anoche en la Romareda los jugadores del Real Zaragoza hicieron grande a un equipo griego muy modesto. Anoche en la Romareda auparon hasta el infinito a jugadores como Koke o Javito, que podrían militar perfectamente en el Huesca o en el filial zaragocista. Anoche volvió a asomar por la Romareda la siniestra sombra de Cracovia, que llevó a Lillo a la destitución hace cinco años. Todo un fracaso sin paliativos.


¿Qué decisión tomarán ahora Bandrés y Agapito? ¿Qué hará Víctor el domingo ante el modesto Levante? ¿Cómo saldrán al campo los jugadores? ¿Cómo reaccionará la afición? Ayer el silencio colectivo pesaba como una losa. El domingo, el público dictará su veredicto. Lo que no puede ser de ninguna manera es que las cosas sigan así, como si no hubiera pasado nada. Lo de anoche ante el Aris fue más que un accidente. Y desde ahora, nada será como antes.