domingo, 30 de septiembre de 2007

UN DIEZ PARA LA AFICIÓN


Anoche, en La Romareda, el Real Zaragoza logró una victoria importante contra el Sevilla, uno de los mejores equipos de la liga. Desde los primeros minutos, parece que el equipo quería renacer de sus propias cenizas y, al menos, se pudo ver mejor actitud, más implicación y más juego colectivo. Sin embargo, en la primera parte el Sevilla perdonó ante la meta de César, que realizó dos excelentes intervenciones. El partido parecía encaminarse hacia el cero a cero, ya que el Zaragoza no había efectuado ningún disparo a puerta en los primeros cuarenta y cinco minutos. Pero Víctor - esta vez sí - tuvo un momento de intución y movió con acierto el banquillo. Retiró a un desorientado Oliveira y dio entrada en el descanso a D'Alessandro, que quería comerse el mundo. Una genialidad del "cabezón" abrió el marcador: lanzó una falta imparable por encima de la barrera y Palop sólo pudo ver pasar el balón. Luego, con el cambio de un Diego Milito agotado por un combativo Sergio García - que pide a gritos ser titular - y con la entrada de un recuperado Óscar por un Aimar muy cansado, llegó el delirio: una vaselina del delantero catalán besó la red del Sevilla. El partido estaba decidido y ni siquiera hubo que pedir la hora. Lo ganó la entrega. Lo ganó el constante empuje de una afición entregada, lo ganó el cambio de estrategia de Víctor, que se olvidó del rombo y alineó a los que en mejor forma estaban. Y lo ganó el banquillo. Entraron como novedades - debido sobre todo a lesiones - Cuartero, D'Alessandro, Sergio García y Óscar. Y no se echó de menos ni a Diogo, ni a Ayala ni al lesionado Matuzalén. Víctor tiene plantilla y ayer aprovechó con inteligencia sus recambios.

Pero la que merece un diez es la afición. Hubo división de opiniones al inicio del encuentro y en el descanso pero, a medida que avanzaba el encuentro, el entusiasmo de la grada encorajinó a los jugadores. Y vimos a un Zapater inconmensurable, a un Gabi comprometido, a un Cuartero como gran capitán. Eso sí, hay que reconocer que la suerte favoreció a los de casa. Dos tiros a puerta supusieron dos goles. Fue una victoria muy oportuna. La moral del equipo estaba por los suelos desde el miércoles y ahora los pupilos de Víctor Fernández podrán afrontar con más moral el partido de vuelta del jueves contra el Aris de Salónica. La afición será de nuevo protagonista, pero el entrenador tendrá que buscar la mejor estrategia y jugar bien todas sus bazas. Sólo de ese modo se podrá seguir adelante en Europa.

jueves, 27 de septiembre de 2007

NAUFRAGIO TOTAL


No sé lo que estará pasando por la cabeza de la directiva del Real Zaragoza, de Víctor Fernández, de su equipo técnico y de sus jugadores. Deben de estar abrumados, desorienados y profundamente preocupados . Yo, en su lugar, lo estaría. La debacle del equipo ayer noche en el Nou Camp pudo ser histórica. Ese 4-1 que reflejaba el marcador final es claramente engañoso y se podía haber llegado sin exagerar a los dos dígitos. Aunque casi no queda tiempo para el análisis y la reflexión - el sábado llega el Sevilla y el jueves el Aris - muchas preguntas deben estar rondando por la mente de los que pueden y deben intentar solucionar este desaguisado que ya se veía venir desde el primer partido de liga en La Condomina.

Todos sabemos que no hay soluciones mágicas. Pero está claro que algo habrá que hacer de aquí al próximo sábado. Y habrá que realizar una sana y, a veces, dura autocrítica. Todos los responsables de este equipo tendrán que analizar si ficharon bien y por qué. Tendrán que preguntarse por qué estos dos últimos años se ha dado una solemne patada a la cantera. Tendrán que reflexionar por qué muchos jugadores no rinden ni tienen una actitud mínima de implicación en el campo. Tendrán que pensar seriamente si vuelven a los tiempos no muy lejanos y valoran a los de casa, a los que sudan la camiseta, a los que sienten desde niños los colores del equipo.

¿Habrá revolución el sábado? ¿Cambiará la táctica? ¿Se comerán materialmente el césped? Esperemos sea así. De lo contrario, los días del entrenador pueden estar más que contados.

domingo, 23 de septiembre de 2007

LO MEJOR, EL RESULTADO


La consigna para el partido de esta tarde entre el Zaragoza y el Osasuna era ganar o ganar. Y el objetivo principal se ha cumplido. Tres puntos fundamentales que aúpan al equipo aragonés a la zona templada de la clasificación. A pesar de todo, los que nos hemos desplazado a la Romareda hemos contemplado un partido mediocre entre un equipo que jugaba con parsimonia y demasiada lentitud y otro que se contentaba con el empate y se ha empleado a fondo durante todo el partido. El tanto del desempate ha llegado de penalty y el del primer gol ha partido de una genialidad de Matuzalen. El resto del encuentro no pasará a la historia. Mucho toque, mucho juego horizontal, inseguridad defensiva, pólvora mojada en el ataque y el cambio de sistema de Víctor Fernández poco después de comenzar el segundo tiempo. Se ha dado cuenta de que el rombo no funcionaba y que Zapater y Sergio García deberían ser titulares. Ahora, a acudir al Nou Camp con los deberes hechos y a esperar al Sevilla. Sin rombo, por favor.

La tarde futbolística nos ha traído buenas noticias desde Huesca y desde Teruel. Ambos equipos están destacando en sus respectivas categorías. ¡Qué bueno sería que ascendieran a segunda y a segunda B. Las capitales de Aragón merecen una representación más cualitativa en el fútbol nacional. Esperemos que así sea al final de temporada. Eso sí, que el filial del Zaragoza regrese también a segunda B, que es donde debería estar de momento.

sábado, 22 de septiembre de 2007

LOS MOTIVOS DEL AIRE

Este es el título del libro de poemas de Pablo Martín Coble, que ha obtenido el primer premio del XXIV CONCURSO DE POESÍA CIUDAD DE ZARAGOZA 2007. He seleccionado tres breves poemas que nos acercan al tejido profundo de la vida y ofrecen ecos de Machado, de Juan Ramón Jiménez y de la Generación del 27.
Vivir sin las palabras.

La vida es algo más que unas letras atadas
con imanes de sombra.

La zona sin retorno,
la cárcel de los signos,
el hueco para las explicaciones.

Como ir de una luz hasta otra luz sin la sospecha
de que allí está el vacío
a la espera del viento que moverá las aguas.

Vivir sin las palabras,
sin ir a las palabras.

De mis dedos de azúcar resucitan los pájaros
y suena su viaje a vocales suicidas,
a las más silenciosas razones del recuerdo.

* * *

Ventanas de la infancia:
las hormigas, el patio del colegio,
los pupitres de haya.

Ser huérfano sintiéndome tranquilo,
descansar como entonces,
con las rodillas rotas,
jugando a los insectos.

* * *

Del camino me quedan
las ruinas del color,
lo que no se comprende huyendo como arena,
la sombra que destiñe las cintas blanquecinas
por las que merodeo.

No soy yo quien se para,
es el camino
el que se detiene
y construye el pasado.

viernes, 21 de septiembre de 2007

UN EQUIPO A LA DERIVA


Me gustaría hablar bien del Real Zaragoza, del que soy un fiel aficionado desde que tenía uso de razón. Me gustaría elogiar a sus jugadores, por su implicación, compromiso y actitud incondicional en el terreno de juego. Me gustaría poner por las nubes a Víctor Fernández, a su equipo técnico y a los responsables de los fichajes y traspasos. Pero, después de lo que contemplé ayer por la televisión autonómica, no puedo menos que expresar mi descontento, como el de tantos socios y aficionados de este histórico equipo, que quiere celebrar por todo lo alto sus 75 años de andadura.

No me queda más remedio que rememorar otros tiempos, aunque no sirva de nada. Después de los últimos partidos - desde el inicio de la liga - no me queda más remedio que recordar las etapas gloriosas de este club: la etapa de los Magníficos, la de los Zaraguayos, la de la Recopa. Sin embargo, como eso no va a solucionar nada, habrá que pedirle a Víctor - si es valiente y si le dejan - una revolución en el once inicial para el partido del próximo domingo ante el Osasuna - otro equipo luchador como el Aris -. Que elija hombres y no nombres. Que rescate a alguno de la cantera o del filial. Que se acuerde de Cuartero, de Celades, de Chus, de Valero, de Esaú,... No lo harán peor que los titulares de los últimos encuentros. Y, aunque lamentarse no sirva para nada, ayer eché de menos a Cani, y a Longás, y a Lafita, y a Guerra, y a Eneko, y a Corona, y a Soriano. Sí, a Soriano. Y a tantos otros aragoneses que están triunfando por esos campos de dios. Son jugadores comprometidos, implicados, nuestros.

sábado, 15 de septiembre de 2007

A PASO DE TORTUGA


El camino del Real Zaragoza en este inicio de liga es lento, incierto, sinuoso y poco, muy poco eficaz. Después de lo visto esta noche en la catedral del fútbol español, podemos afirmar sin titubeos que el equipo de Víctor Fernández continúa avanzando a paso de tortuga. Empate tras empate, el Zaragoza se podría plantar al final de la liga con treinta y ocho puntos. Esperamos y deseamos que no sea así, pero los números cantan y la eficacia goleadora y la seguridad en la defensa dejan todavía mucho que desear.

No todo ha sido negativo en el partido de esta noche. Ni mucho menos. Hemos podido observar a un Gabi inmenso, a un Aimar un poco más inspirado y a un César Sánchez que, aunque ha hecho la estatua en el gol encajado, ha salvado al equipo de la derrota en los minutos de descuento. En el debe del equipo y del entrenador hay que destacar la inexplicable ausencia de Zapater en el once inicial -¿ es que no estaba al cien por cien? - la insistencia en contar con Luccin, que aún no está integrado en el equipo y la asusencia de Sergio García, que se acopla mejor con Diego Milito que el desafortunado Oliveira. Nadie ha echado de menos a D'Alessandro, pero sí que se nota que en la defensa falta algo o alguien - ¿Acaso Pavón y Cuartero?

De momento, un puntito más. Menos es nada. Pero está claro que esto no puede seguir así. La próxima semana comienzan las competiciones europeas y hay que mejorar más en todas las líneas. Eso sí, mientras algunos jugadores lo hagan a paso de tortuga, nos podríamos quedar como ahora: en la parte más oscura de la liga.

lunes, 10 de septiembre de 2007

NI UN ARAGONÉS EN EL ONCE INICIAL








El pasado viernes acudí a La Romareda a presenciar un partido que se presumía atractivo para los aficionados. Creo que me equivoqué. Pude contemplar una especie de pachanga entre un Zaragoza en pruebas y una Juventus plagada de suplentes. Sólo hubo algunos toques individuales de calidad y poco más. Me imaginaba que para celebrar el 75 aniversario del club en recuerdo del mejor jugador aragonés de todos los tiempos, Carlos Lapetra, Víctor Fernández - también aragonés y de la cantera - alinearía a unos cuantos de casa. Pero de eso, nada de nada. Cuando vi la alineación inicial, tuve que frotarme los ojos antes de comprobar que no había ningún aragonés en el once inicial. Ni uno. Hacía años - le comenté a Javier - que no comprobaba tal desatino. ¿Dónde está la cantera? ¿Para qué la quieren los dirigentes y técnicos del Real Zaragoza?

Cuando ya iba a terminar el partido, y estaba todo el pescado vendido, Víctor se decidió - ¡vaya decisión! - a dar unos minutos a Miguel, Chus Herrero y Cuartero. Sólo de cara a la galería. ¿Cuántos minutos jugarán esta temporada? Escasísimos. Mientras tanto, mantuvo durante todo el partido al francés Luccin, un jugador que el Zaragoza no necesitaba y que compró como el que va a un supermercado y echa mano de lo más barato, aunque no lo necesite. Lo malo es que puede cerrrar el puesto al único aragonés que suele jugar de titular, a Alberto Zapater. El tiempo lo dirá. De momento, nos quedamos sin ver a Goñi, a Valero, a Esaú, a Gil... Habrá que esperar 25 años más para comprobar si las cosas han cambiado. Aunque quizá cambien a peor. ¿Habrá algún español en el once inicial?


domingo, 2 de septiembre de 2007

¿A QUÉ JUEGA EL REAL ZARAGOZA?








Los aficionados del Zaragoza acudíamos anoche al estadio de la Romareda con una cierta ilusión acompañada de incertidumbre. La derrota de la semana pasada en la Condomina y, sobre todo, la imagen lamentable del equipo dejaron en los seguidores zaragocistas una sombra de duda. Esa sombra no se disipó anoche, ni mucho menos. Es verdad que el equipo mejoró levemente su actitud respecto a la semana anterior. Es verdad que el portero del Rácing estuvo muy afortunado y tuvo tres intervenciones magistrales. Pero todo esto no sirve de excusa para constatar que el equipo de ayer parecía de futbolín o de soldaditos de plomo.

Anoche volví a ver a un equipo con poco ritmo y con poca coordinación. Parecía un equipo deslavazado, poco situado en el campo y con falta de fondo físico. Creo que, una vez más, Víctor no acertó en el planteamiento y no alineó a los que en mejor forma están. Y un equipo se hace más de hombres que de nombres. El entrenador, al parecer, no lo entiende así. Y se jugó durante muchos minutos horizontalmente, sin verticalidad, sin morder al contrario. La defensa continúa insegura, la media muy frágil y nerviosa y la delantera apareció a ráfagas con un Aimar y un Diego Milito muy lejos de su mejor forma. Lo demás, es fácil de deducir: el pequeño Munitis llevó locos a los defensas zaragocistas y no hicieron más daño porque les falta un estilete en punta. Noche para olvidar y ahora el entrenador y los jugadores disponen de dos semanas para reflexionar y para mejorar su forma. A ver si el día 7, en el amistoso contra la Juventus, vemos a otro Zaragoza. Ya es hora de despertar y dejar los sueño europeos para más adelante.